Esto es lo que pensó Patrick Remington, que tuvo una idea extremadamente alocada. Él – acompañado por un grupo de amigos – decidió realizar un pequeño trayecto en helicóptero, y cuando éste tuvo la suficiente distancia respecto al suelo, lanzarse en paracaídas. Eso sí, dándole un pequeño giro.
De este modo, tanto Patrick como el resto de compañeros se deslizaron hasta llegar a la base del helicóptero – esas barras paralelas que permiten que la aeronave aterrice en suelo firme – quedándose agarrados solamente por las manos.
Una vez ahí dejaron que la ley de la gravedad hiciera el resto y se deslizaron hacia el vacío. Sus cámaras GoPro grabaron su increíble descenso hacia la arena de la orilla.
Todo esto ocurrió en la playa de Navarre, muy cerca de la ciudad de Pensacola – en el estado de Florida, Estados Unidos – un lugar increíble y perfecto para las aventuras.
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