Las personas al otro lado la línea cuando se marca *911* en USA tienen un trabajo bastante exhaustivo. Tienen que tomar en serio todo tipo de llamadas. Las bromas, la gente que llama solo porque quieren hablar con alguien y las emergencias reales. Algunas veces, es difícil diferenciar unas llamadas de otras, justo como lo que viene a continuación.
Es una de esas historias que podrían sonar algo aburridas en un principio. El teléfono suena en el centro de llamadas de emergencias, y al otro lado hay alguien ordenando una pizza. Una broma, es lo que piensa el hombre que recibe la llamada, pero después la conversación toma un giro completamente inesperado. Esta es una historia real, reportada por el hombre del centro de llamadas del número de emergencias 911 para Reddit.
Él cuenta la increíble historia:
Tomé una llamada que empezó de una manera algo tonta, pero resultó ser bastante seria después de todo.
“911, ¿cuál es la emergencia?”
“Al número 123 de Main Street”
“Bien, ¿de qué se trata?”
“Quisiera ordenar una pizza.” (Bien pensé, otra broma telefónica)
“Disculpe, usted llamó al 911.”
“Si, lo sé. Podría mandarme una grande por favor, mitad peperoni y mitad peperoni con champiñones.”
“Eh…disculpe, pero sí sabe que está llamando a emergencias, ¿verdad?”
“Sí, ¿cuánto se van a tardar?”
“Entiendo, ¿está todo bien con usted? ¿Tiene alguna emergencia?”
“Sí la tengo.”
“¿Y no puede hablar porque hay alguien más con usted en la habitación? (intuición repentina)
“Sí, es correcto. ¿Me puede decir cuánto se van a tardar?”
“Tengo una patrulla como a dos kilómetros de su casa. ¿Hay armas en su casa?”
“No.”
“¿Puede quedarse en la línea conmigo?”
“No. Nos vemos pronto. Gracias.”
Cuando enviamos a los oficiales para allá revisé nuestra base de datos y me di cuenta que habíamos recibido varias llamadas por violencia doméstica de esa residencia.
La policía llegó a la casa y encontró a una pareja. La mujer tenía golpes y el hombre estaba borracho. Los oficiales de policía lo arrestaron después de que ella les dijo que él la había golpeado en múltiples ocasiones esa noche.
El hombre del centro de llamadas de emergencias recuerda, “Pienso que fue muy inteligente al usar ese truco. Definitivamente una de mis llamadas más memorables.”
Este el caso de no solo una mujer, sino muchas que diariamente son víctimas de la violencia de género y que no llegan a tener la opción de siquiera tomar un teléfono para realizar una "llamada" de auxilio. El alivio que ella debe haber sentido cuando el hombre del centro de emergencias entendió de lo que estaba hablando es inimaginable.
¡Comparte la historia de esta astuta y asustada mujer que tuvo nervios de acero y logró salir de ese infierno!.
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